miércoles, 23 de octubre de 2013

Estrategias bioclimáticas de acción urbana, por Victoria Fernandez  
  ¿Quién recoge las hojas de los arboles cuando se caigan? Queremos espacios verdes, queremos oír a los pájaros, queremos bulevares, queremos no pisar charcos, queremos sombras, queremos sol, pero no queremos cambiar.
  De manera complementaria a lo que venimos estudiando por ahora en las clases de clima sobre el comportamiento global del clima y sus características a nivel mundial, Victoria Fernandez presenta los interesantes análisis sobre los microclimas que se producen a nivel urbano, nuevos microclimas que se producen en los asentamientos actuales. En las ciudades, construidas por los seres humanos y unidas a las condiciones climáticas que ya existían de manera natural anteriormente, el hecho de crear nuevas construcciones capaces que junto con la forma de vida actual generan nuevos climas, a los que la ponente denomina como microclimas urbanos.
  Presenta una serie de estudios realizados sobre intervenciones urbanas con criterios bioclimáticos, y para ello analiza unos parámetros como el soleamiento, viento, materiales, parámetros que podrían ser estos u otros muchos para la construcción de la ciudad sostenible.
  Nos presenta una serie de estudios vasados en el análisis por ejemplo en el soleamiento frente al sombreamiento, poniendo claros ejemplos de cómo los ciudadanos en ausencia de estrategias urbanas que no tuvieron en cuenta dichos parámetros bioclimáticos se las ingenian para poder disfrutar del espacio público de una manera confortable para los que no estaban pensado en origen. El viento, el agua, lo materiales son todos importantes para poder concebir espacios agradables tanto para el uso público como para un comportamiento bioclimático del espacio urbano público o no público.
  Todos los parámetros que estudia Vicroria se podrían presentar como auténticas e individuales infraestructuras urbanas por si solas, todas y cada una expuesta a lo largo de una ciudad deberían ser una infraestructura urbana, al igual que  las convencionales de agua, luz y saneamiento. Porque no una estructura urbana del viento que favorezca su movimiento y su renovación, que tal una infraestructura del soleamiento para invierno y su antagónica basada en el sombreamiento para el verano, que tal una infraestructura que considera la tranquilad de las calles para el paseo o la bici, sin duda son estructuras que para una ciudad y un urbanismo sostenible deberemos de tener en cuento en el urbanismo del futuro de la sostenibilidad.
  Sin duda el debate más interesante que generan estos análisis presentados por Victoria, son el uso del espacio público, ya sea con criterios bioclimáticos o no.
  Nos presenta la necesidad de recuperar unos espacios públicos que a su entender hemos perdido a favor de unos intereses particulares, nos presenta unos espacios públicos para el uso y disfrute de unos ciudadanos, pero es difícil que esos espacios se adecuen a las necesidades de todos los que habitamos la ciudad, la ciudad es diversa tanto en uso como en gustos, y deberemos de compaginar el espacio público destinado al esparcimiento y la contemplación, junto con el comercial, junto con el cultural. La ciudad es de todos y para todos y en una sociedad de consumo es normal que se comercialice con el espacio urbano, que aun siendo de todos puede ser justo, ya que hay ciudadanos que disfrutan y se divierten, se expanden y relajan con un entorno consumista, sin duda hay quien disfruta con una instalación comercial de Nokia.
  Frente a esta tipología de urbanismo que nos presenta Victoria nos encontramos con el actual, un urbanismo unas ciudades que solo buscan la rentabilidad de los espacios público, buscando el mínimo mantenimiento y mínimo coste, que busca la explotación y privatización temporal del espacio que nos es de todos. El urbanismo actual proyectado bajo la constante del coche, de una rentabilidad y de unos coeficientes de reparto y de edificabilidad de un tiempo de excesos económicos y energéticos debe de adecuarse a las nuevas necesidades de los ciudadanos.
  ¿Pero cómo poder poner en práctica dichas pautas expuestas por Victoria para crear ciudades más vivibles?, si cada vez queremos menos impuestos y la sociedad cada vez es más egoísta, como vamos a proyectar espacios blandos y apacibles si no sabemos quién va a recoger las hojas de los árboles cuando se caigan.

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