Ética,
arquitectura y sostenibilidad: EFICIENCIA y EFICACIA
“La Tierra
existió sin nuestros inimaginables antepasados, por lo que en la actualidad podría perfectamente existir sin nosotros, y existirá mañana
o más tarde aún sin ninguno de nuestros posibles descendientes, mientras que nosotros no podemos existir sin ella”. Michel Serres.
Por este motivo, Serres,
entiende la relación del hombre con la naturaleza como un contrato, el
cual, estamos rompiendo al estar
gastando más recursos de los que disponemos en la Tierra.
El ser humano siglos atrás, encontró la
manera de aprovechar la fuerza del sol y del viento para preservar nuestras
vidas, y estas fuerzas han dado forma al entorno construido. Nuestros
antepasados utilizaban estrategias sencillas e ingeniosas para construir
viviendas, barrios, espacios públicos…. En este sentido, el sol y el viento
han inspirado todos los aspectos del diseño arquitectónico, desde la
construcción hasta la planta, la sección, los materiales y los detalles.
Siempre hemos confiado en ambos para cubrir las necesidades de iluminación,
calefacción y refrigeración.
Hasta mediados del siglo XX, con la
construcción generalizada de carreteras, la distribución de los combustibles
fósiles y la manufactura de sistemas mecánicos, no pudimos prescindir del sol y
el viento como proveedores de luz, calor y aire. Como consecuencia, en tan sólo
unas pocas décadas hemos sido testigos de un crecimiento exponencial del
consumo de recursos, de la contaminación y de los residuos, y de un alejamiento
de la naturaleza.
¿Podemos usar
todos los recursos que queramos? La huella ecológica nos indica el impacto ambiental generado por la demanda humana que se hace de los recursos existentes en el planeta relacionado con la capacidad ecológica de la Tierra de regenerar sus recursos. Por lo tanto, el lugar en donde vivimos tiene un límite.
Actualmente, estamos en una situación en la que empezamos a tomar
conciencia del estado en que se encuentra nuestro planeta. La situación
energética mundial, nos obligan a considerar la necesidad de minimizar la
demanda energética de los edificios. Por lo tanto, debemos de ser eficaces y
eficientes a la vez.
Eficiencia: capacidad de disponer de alguien o de algo para conseguir un objetivo determinado con el mínimo de recursos posibles viable. (Lo tengo todo).
Eficacia: capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera. (Quiero gastar lo justo).
Proyectar de forma sostenible requiere
una revolución en nuestra forma de pensar que cambie el tipo de preguntas que
nos hacemos, desde, por ejemplo, cómo podemos hacer lo mismo pero de manera más
eficiente, hasta preguntas más profundas tales como: ¿lo necesitamos?, ¿es
ético?, ¿por qué?, ¿para quién?, ¿se puede reparar o reutilizar?... En otras
palabras, la calidad del diseño se mide por la elegancia con la que unimos
medios y fines honestos.
Afortunadamente, en respuesta a esta
sombría trayectoria, arquitectos y diseñadores de todo el mundo se han unido a
un movimiento cuyo objetivo es crear edificios que mitiguen el calentamiento
global y el cambio climático. La arquitectura de energía cero y carbono neutro
ha surgido como la principal prioridad.
Se debe volver a
gestionar de una forma más eficiente, aprovechando los recursos que disponemos,
y no malgastarlos como hasta ahora hemos ido realizando.
Por lo tanto,
nos encontramos en un punto de transición
de una forma de vivir a una nueva, en la que nuestro planeta no sufra, siga
resistiendo, para generar un futuro mejor, y ahora mismo tenemos la oportunidad de hacerlo y de que se nos
escuche.
Debemos de mentalizar
a la gente en mejorar la situación y en ser eficaces con lo que disponemos, y
saber que uniendo los pensamientos de todos, lo conseguiremos.
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Bibliografía
Michel Serres – El contrato natural,
Pretextos – 1991.
Diferentes artículos de internet +
Wikipedia.
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