Nuevas
reflexiones sobre la forma de diseñar: el MÉTODO en CASCADA y la PEQUEÑA ESCALA
Actualmente en nuestra sociedad existe un cambio de paradigma en el diseño debido
a la crisis medioambiental que estamos
viviendo, la cual está provocando que diferentes colectivos tengan que
comprometerse con la sociedad, de forma que, en la rama de la construcción, a
los arquitectos se les exige un cambio en las formas de proyectar los
edificios, debido a que la sostenibilidad
se encuentra con ciertas resistencias
a la hora de estar implicada en el proyecto.
De esta forma, existen dos metodologías de diseño que se
aplican aún actualmente en las escuelas y que debieran de cambiarse, que son el
método en cascada y la pequeña escala.
En referencia al primer
método, el planteamiento del proyecto está organizado en cuatro etapas: recoger datos,
analizar datos, formular una solución e
implementarla. Por lo que, las desventajas de estos procedimientos son que
no son reversibles, no se pueden producir saltos y que se le dedica el mismo
tiempo al análisis que a la propuesta.
Por lo tanto, este tipo de enseñanzas han sido muy criticadas
por sus resultados y no por sus propuestas, y entre sus críticos se encuentra Wendell Berry, el cuál expresa que el
pensamiento en cascada genera unos efectos colaterales más indeseables que las
propias soluciones que producen, y además, no funciona para problemas
medioambientales o urbanos. Por lo que, podríamos decir que se ha aprendido a
proyectar de una forma en la que solamente nos fijamos en un único objetivo y dejamos el resto sin
tratar.
En este sentido, Berry nos dice que cada proyecto debería tener objetivos múltiples, plantear usos y materiales distintos, y
apoyarse en redes naturales y en la reversibilidad. Este es el caso de la Rehabilitación del Castillo Garcimuñoz de
Cuenca (mediateca), el cual se fija en diferentes objetivos incluida la
sostenibilidad. Se plantea una atemperación
bioclimática de la plataforma principal del edificio que separa dos ámbitos
históricos diferentes, de forma que sólo se usará cuando el clima sea benigno
(que gracias al diseño bioclimático, es prácticamente todo el año). Incluye expositores que además son chimeneas solares que expulsan el aire
en verano y lo calientan en invierno generando una amplitud térmica de 7ºC
entre el exterior y el interior. Además, se trata el tema de la accesibilidad, optando por diferentes
soluciones que desvinculan el proyecto de la idea de edificio compacto y lo
adaptan a la idea de urbanización interior de unas ruinas, colocando elementos
ligeros en un doble circuito que
responde por un lado a la autonomía
(rampa tendida) y por otro a la eficacia (rampa italiana). Y por
supuesto, es totalmente reversible
(a la vez que desmontable y reciclable), por lo que se plantean siempre piezas
pequeñas ligeras con uniones sencillas y atornilladas.
En referencia a la segunda metodología del diseño, la de la pequeña escala, en las escuelas se
enseña que los elementos que menos
presencia tienen en el espacio son los más
importantes, así, la estructura es lo primero, luego las comunicaciones, y
después los cerramientos, los acabados y los detalles. Pero el ciudadano piensa de forma contraria, y
lo que ve de forma oblicua (detalle)
es lo más importante. De esta forma,
volvemos a un nuevo problema de enseñanza, ya que la forma de proyectar no
responde a las necesidades de los usuarios y además esto se agrava más si cabe
en la sostenibilidad, ya que si el usuario entiende, comprende y apoya el
funcionamiento bioclimático de un edificio, la eficacia será máxima,
pero si no lo hace, no servirá de nada.
Así, frente a la idea de un edificio con un soporte
construido pesado y rígido y donde el usuario no tiene capacidad de
interacción, se plantea una arquitectura
que se fragmenta, que tiene equivalencia de peso y porte con el usuario y donde éste último tiene una
gran capacidad de acción y
transformación del espacio. Como ejemplos de estas ideas tenemos el
proyecto para el huerto urbano en Murcia
(hogar sin casa), diseñado para evitar las construcciones ilegales en lugares
protegidos, y donde se plantean diferentes pabellones
comunales para realizar diferentes actividades de la vida cotidiana, además de
refugios desmontables que por el día se convierten en estructuras que
producen sombra. Y por otro lado, el Pabellón
para Medellín digital, el cuál es un proyecto de investigación que está basado
en una serie de módulos en los que
cada uno está destinado a un uso
concreto. Estas piezas están realizadas con madera reciclable, y se podrán usar juntas o separadas en diferentes
puntos de la ciudad en función a la necesidad de uso que exista.
En definitiva, actualmente debemos de generar nuevas formas de diseño que no se fijen
en un único objetivo y traten varios
aspectos a la vez, y donde se tenga mucho más en cuenta al usuario para que la eficacia
del diseño y de lo que se quiera conseguir sea máxima.
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Bibliografía
Wendell Berry y su ensayo sobre el
pensamiento en cascada y el objetivo múltiple