martes, 22 de octubre de 2013

Encuentro ASA 11/10/13 - José María Echarte

Greenwashing

Desde un primer momento todos tenemos que entender qué es una arquitectura sostenible y qué engloba ya que actualmente la palabra “verde” se utiliza bastante y no siempre de manera correcta. ¿Se trata sólo de la creación de espacios habitables? ¿Se trata de edificios construidos a base de materiales ecoetiquetados? Rotundamente no. La arquitectura sostenible es un concepto global que identifica un proceso completo en el que influyen numerosos parámetros que, apoyados unos sobre otros, tienen como consecuencia productos urbanos eficientes y respetuosos con el Medio Ambiente. Una construcción sostenible no abarca sólo la adecuada elección de materiales y procesos constructivos, si no que se refiere también al entorno urbano y al desarrollo del mismo. Se basa en la adecuada gestión y reutilización de los recursos naturales, la conservación de la energía. Habla de planificación y comportamiento social, hábitos de conducta y cambios en la usabilidad de los edificios con el objeto de incrementar su vida útil. Analiza todo el ciclo de vida: desde el diseño arquitectónico del edificio y la obtención de las materias primas, hasta que éstas regresan al medio en forma de residuos. Es importante esta definición ya que abarca un significado más extenso y que hay que tener en cuenta si se quiere realizar un proyecto ecológico y sostenible.

Lamentablemente en esta época hay una tendencia de ciertas compañías que se autodenominan ecológicas y se preocupan más por captar consumidores que a la lucha por la mejora del medio ambiente. Dichas compañías le dan un giro a la presentación de sus productos y/o servicios para hacerlos ver como respetuosos del medio ambiente, pero, este giro es engañoso de la comercialización verde y hay que informarse e informar bien para no ser engañados.

Estamos educados en un mundo donde el consumismo es el día a día. Quién más tenga es más feliz. Y yo pregunto: ¿Esto es realmente cierto? ¿Quién más tiene o quien más consume es más feliz? Claramente no, el consumismo no da la felicidad. Todos tenemos las mismas necesidades básicas. La gente suele creer que necesita cosas cuando no es una necesidad, en realidad es un deseo, y tiende a pensar que si no lo consigue no podrá ser feliz, y ahí está el error. No pienso que desear cosas sea malo, creo que en vez de preocuparnos de lo que no tenemos debemos de ocuparnos de lo que tenemos y de cambiarlo a mejor. Tenemos que aprender a valorar la naturaleza y el entorno que nos rodea. Hay que rehabilitar lo que tenemos, hacer las ciudades eficientes energéticamente y minimizar el impacto medioambiental. Hay que tener en cuenta que el Medio Ambiente no sólo es una preocupación para las futuras generaciones, es una preocupación de todos en la actualidad. 

¿Y qué son las necesidades básicas? No sólo la satisfacción de las necesidades fundamentales de vivienda, sino también las relativas a todo su "asentamiento" (ubicación en suelo adecuado y seguro), al correspondiente espacio público con sus elementos de urbanización e infraestructuras, a sus equipamientos (puestos de salud y escuela), así como al espacio productivo necesario (para el sector servicios, talleres domésticos y subsistencia agropecuaria). La habitabilidad básica prioriza la satisfacción de las necesidades materiales básicas de todas las personas, las correspondientes a la habitabilidad: al territorio construido, al asentamiento, la residencia y la producción.


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Bibliografía


Revista Arquitectos nº186, artículo de Felipe Colavidas “Al sector de la construcción en pleno: ¡Ánimo, ciudadanos, un poco más todavía, universalizad la habitabilidad básica!



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