sábado, 19 de octubre de 2013

5 de octubre de 2013. lorenzo barnó


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Ecosofía

Desde el inicio de los tiempos, el ser humano se ha servido de la naturaleza para su sostenimiento, desarrollo y evolución, pero ha sido a lo largo del último siglo en que el incremento exponencial de las necesidades materiales de la sociedad y el acelerado ritmo de vida de la misma ha traído un gran desequilibrio entre la lenta regeneración de nuestros recursos naturales y nuestra capacidad voraz de consumo, poniendo el riesgo el futuro de nuestro planeta.

Esta situación actual nos obliga a tomar conciencia de los errores cometidos a diferentes niveles para descubrir la necesidad de transformar, de reinventar una sociedad nueva en sus diferentes planos (urbano, público, privado, familiar, etc.), con el fin de dotar a cada ser humano de responsabilidad individual y social que como tal le compete (recordemos la célebre frase de Terencio: nada de lo humano debe ser me ajeno) para así, llegar a modificar y mejorar los modos de vida colectivos, y así dar una respuesta a esta crisis ecológica mundial que se nos plantea, y a la que Félix Guattari quiere hacer frente a través del nuevo concepto de ecosofía en cuya etimología reside el significado más profundo y verdadero del término, así este vocablo proveniente del griego está formado literalmente oikos, "hogar" o "casa" y sofia, "sabiduría"; pero también contiene un significado metafórico ennobleciendo el valor de la palabra “casa” referido a la naturaleza toda como el seno donde el hombre quiere habitar, que lo acoge y a quien é debe acoger, y el valor de la palabra sabiduría que va más allá del conocimiento que contiene en sí el significado ético (virtud)que el mundo clásico da a la palabra sabiduría. Es decir, la ecosofía pues es la rama de la filosofía que nos enseña como habitar y hacer habitable nuestro planeta, nuestro hogar. Esta corriente, plantea una ética de la sostenibilidad con una mirada hacia el futuro, marcando propuestas que abordan tanto lo humano como lo científico, y que se desarrollan en base a tres campos: la ecología, equidad y economía.

La Ecología se ve directamente enlazada con los seres vivos, la naturaleza, su ambiente y el medio que los rodea, siendo éste, quizá, el concepto que más claridad aporta a lo que conocemos como arquitectura bioclimática, buscando las piezas que más favorecen a la creación de un espacio en diálogo con el entorno natural. La base de conflicto en este campo reside en los recursos y materiales utilizados en la construcción, puesto que al ser, en la mayoría de los casos, proporcional la calidad ecológica con el coste a corto plazo se escogen elementos menos ecológicos -puesto que no se tiene en cuenta su ciclo de vida- y en ocasiones más contaminantes, desequilibrando con ello, la balanza de energía.

Por otro lado, el campo de la equidad hace referencia al ámbito social, en el que la arquitectura permite dar soluciones que no están dirigidas al particular, sino a la totalidad de esos particulares y así, ampliar horizontes, abrir barreras, cerrar fronteras. A pesar de ello, los valores actuales de individualismo, consumismo y apariencia suponen una durísima barrera difícil de traspasar para el correcto desarrollo de estos ámbitos en una sociedad no puede avanzar hacia el bienestar de la colectividad.

El campo de la Economía es impensable hoy en día dejarlo fuera de cualquier tema ya que está presente de manera constante en nuestras vidas, pues es muy difícil dar la espalda al mundo capitalista en que nos movemos. A pesar de ello, la arquitectura debe encontrar aquellas soluciones que reduzcan el coste final, ya sea de forma directa o indirecta a través de una eficiencia energética del edificio.

En base a esto, el diseño de la arquitectura y el urbanismo debe orientarse a una perspectiva que permita materializar espacios que respeten el desarrollo de las tres “E”, realizando proyectos teniendo presente la ecosofía, contribuyendo con ello a un equilibrio entre lo generado y lo desechado, lo social y lo individual, lo consumido y lo necesario. Una arquitectura desenmascarada de lo que quiere ser “ecológico”, responsable con la naturaleza, no sólo respetando el medioambiente sino también respetando la equidad de la sociedad y la economía. Por tanto, como conclusión, la incorporación de los principios rectores de la ecosofía redundará en beneficio del cumplimiento riguroso de las funciones elementales (funcionalidad, seguridad y habitabilidad) que deberán seguir existiendo en toda arquitectura que como ciencia social, como ciencia de lo humano, le corresponde.

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Bibliografía


Félix Guattari. - Las tres ecologías –. Ed. Galilée -. 1989.

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