martes, 22 de octubre de 2013

Estrategia Bioclimática de Seción Urbana (VICTORIA FERNÁNDEZ) - David González Dillana



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       El manual de diseño bioclimático urbano es un amplio documento desarrollado entre otros por José Fariña y Victoria Fernández, cuya función principal es la muestra de diferentes recomendaciones a la hora de la elaboración de normativas urbanísticas. El manual deja abierto un campo de trabajo para el diseñador urbano, hace reflexionar sobre las diferentes estrategias dentro del diseño de espacios públicos y los relativos a la edificación. A pesar de contar con 4 capítulos con gran cantidad de subcapítulos, durante la charla, Victoria se ha centrado en explicarlos el Tema 2: Ciudad y clima, junto con una serie de descripciones de variables y recomendaciones.

       El primer punto en el que se centra son las escalas climáticas. Hay que comprender que por una parte tenemos el clima de escala regional, conocido como macroclima y por la otra aparece el clima general urbano (generado en una zona en concreto), llamado mesoclima. Nos debemos centrar en las condiciones de esos puntos en concreto, pues de la toma de los datos justo de esa zona podemos obtener información muy representativa para nuestro nuevo proyecto, que puede variar de las condiciones generales.

       Hay dos tipos de bases con las cuales el ser humano interactúa con el entorno y el entorno interactúa con el ser humano. Debido a ellas el ser humano experimenta estados de confort o estado de incomodidad dentro de un espacio.
       La base física se compone del balance de energía a niveles urbanos, la circulación
y calidad del aire, topografía del entorno, variables climáticas tales como radiación solar, temperatura... Por el otro lado, las bases fisiológicas, que las podríamos resumir como la forma que tiene el ser humano de interactuar con el entorno o mecanismos de intercambio de calor del ser humano y su entorno. La interacción térmica entre el hombre y su entorno tiene como función la de disipar el calor metabólico sobrante generado por el organismo en su tarea de mantener la temperatura interna constante, pudiendo realizarse mediante radiación, convección y evaporación.

       Tras la primera parte un poco más teórica, sin especificaciones concreta, pasamos a tratar de establecer una serie de reco­mendaciones de diseño urbano adaptadas para climas templados cuyo objetivo será:
       - Mejorar el confort de la actividad humana.
       - Mejorar el comportamiento de los edificios.

       Para evitar o disminuir las radiaciones solares debemos trabajar con las densidades, las orientaciones y pendientes, además de la altura y anchura de las calles, así como habilitar zonas de sombreamiento y zonas verdes, para reducir el estrés térmico.      Cuando pasamos a hablar de la acción del viento, tenemos que tener en cuenta que con la orientación y la ventilación son unas de las estrategias posibles durante los meses sobrecalentados aunque debemos calcular la protección. También la introducción de diferentes especies vegetales para la creación de microbrisas.
       El agua se incorpora de forma natural a los ciclos urbanos
en forma de precipitación. Las láminas de agua son un importante recurso para el aporte de humedad al ambiente, contrarrestando el calor y la sequedad. Será importante dotar a los espacios libres con superficies permeables que puedan realizar funciones de regulación de la humedad, además de contribuir a disminuir la escorrentía.
       La vegetación tiene un importante efecto en el microclima urbano. La existencia de zonas verdes en la ciudad supone una serie de beneficios que colaboran a la mejora de la calidad ambiental en espacios exteriores. El efecto oasis se produce a escala local, el aire caliente del entorno edificado baja sobre el parque, que se encuentra a menor temperatura. La vegetación impide el paso de la radiación solar directa y actúa como barrera acústica.
       Los materiales deben ser aquellos que no sean tóxicos o nocivos para la salud humana o el entorno natural y suelos. Los materiales además deben provenir de zonas cercanas al lugar de su utilización y se deben adecuar al entorno.

       Como conclusión debemos darnos cuenta de que la tarea urbanística no es algo sencillo, sino que es un proceso de largo desarrollo en el que intervienen muchos factores y tenemos que sopesarlos todos para la obtención del mayor beneficio.



Bibliografía:       http://www.biourb.net    -    Manual de Diseño Bioclimático Urbano
 



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