Urbanismo
con perspectiva de género
Desde el primer momento en el que
escuché “Urbanismo con perspectiva de género” me invadió la curiosidad de saber
qué era y tras leer algunas lecturas sobre el tema y analizar la definición descubrí
que el urbanismo es entendido desde dos perspectivas distintas, la de la mujer
y la del hombre, es decir, que hay ciertas diferencias en cómo los hombres y
las mujeres utilizan y perciben los espacios públicos y privados.
Mi primera impresión tras leer la
definición fue de confusión porque nunca había pensado que el urbanismo se
podría entender desde esas dos perspectivas. De hecho, opino que el urbanismo
puede entenderse y percibirse desde un montón de perspectivas que no atienden
al género sino a las personas en un sentido más amplio.
El libro de Urbanismo con perspectiva de género de la Junta de Andalucía nos
habla de que el objetivo central del urbanismo actual se presenta en términos
de sostenibilidad, entendida ésta como un equilibrio entre objetivos de
eficiencia económica, equidad o justicia social, y conservación o protección
del medioambiente.
Estoy de acuerdo en que actualmente las
administraciones públicas toman decisiones todos los días que afectan a la vida
de las personas, las cuales no tienen el suficiente poder para influir. Además,
estas decisiones no incluyen necesariamente las visiones y prioridades de toda
la sociedad, por lo tanto, se deberían de establecer mecanismos de
participación ciudadana que ayuden a todos los ciudadanos a tener voz y voto en
la toma de decisiones.
En el libro aparece que la calidad de
vida no es la misma para todos, y que se distingue en género, edad, etnia y
nivel de renta, y que para hablar de calidad de vida para todas las personas habría que estudiar
las necesidades y aspiraciones diferenciales de la población. Estoy de acuerdo
en que hay que estudiar estas necesidades y aspiraciones para satisfacerlas ya
que la estructura de las ciudades contemporáneas hace difícil la realización de
diversas tareas que son invisibles o de escasa valoración. Estas tareas son las
del trabajo reproductivo, que hasta hoy, es realizado mayoritariamente por
mujeres.
Uno de los principales
problemas de la vida cotidiana en la ciudad actual es que los espacios están
separados por usos lo cual no debería de ser así ya que la vida cotidiana
necesita una interrelación y una proximidad mucho mayor entre esos espacios. Un
urbanismo correcto y de calidad es el que organiza las dimensiones
espacio-temporales de la ciudad de forma que las personas tengan la posibilidad
de realizar las tareas cotidianas como el cuidado de la familia y el trabajo en
la esfera pública, sin las prisas y dificultades con las que se realiza
actualmente, ya que contribuirá a construir ciudades más humanas para todos y
todas.
¿Cómo podríamos
cambiar las ciudades y favorecer la vida cotidiana? En el documento de
Urbanismo con perspectiva de género nos muestra una serie de recomendaciones
que afectan al espacio urbano en todas sus escalas, desde la vivienda y su
entorno inmediato, al barrio y al conjunto urbano y metropolitano.
Esta serie de
recomendaciones abarcan tanto la integración de usos como la proximidad, el
transporte, el espacio público y la seguridad, la vivienda, comercio, entre
otras. Considero que esta serie de recomendaciones deberían de tenerse en
cuenta en todo plan de urbanismo ya que crearía un urbanismo por y para los
ciudadanos.
Tras leer el documento
he podido aprender que actualmente el urbanismo no se adapta a todas las
necesidades de la población ya que debería de facilitar la realización de las
tareas de la vida cotidiana sin suponer un obstáculo para la incorporación de
las personas al mercado laboral, tanto mujeres como hombres. No opino que deba
ser entendido desde dos perspectivas diferentes, hombre o mujer, sino algo que
abarca más que un género, como la edad y la etnia, entre otras cosas.
En conclusión, no
comparto la idea de tratar el urbanismo con esa etiqueta de género. Desde mi punto de vista el
urbanismo debe tratarse atendiendo a las necesidades de las personas en general
sin etiquetas.
-----
Bibliografía