miércoles, 27 de noviembre de 2013

URBANISMO CON PERSPECTIVA DE GÉNERO (Eva Álvarez) - Silvia Torres Gómez

Urbanismo con perspectiva de género

Desde el primer momento en el que escuché “Urbanismo con perspectiva de género” me invadió la curiosidad de saber qué era y tras leer algunas lecturas sobre el tema y analizar la definición descubrí que el urbanismo es entendido desde dos perspectivas distintas, la de la mujer y la del hombre, es decir, que hay ciertas diferencias en cómo los hombres y las mujeres utilizan y perciben los espacios públicos y privados.

Mi primera impresión tras leer la definición fue de confusión porque nunca había pensado que el urbanismo se podría entender desde esas dos perspectivas. De hecho, opino que el urbanismo puede entenderse y percibirse desde un montón de perspectivas que no atienden al género sino a las personas en un sentido más amplio.

El libro de Urbanismo con perspectiva de género de la Junta de Andalucía nos habla de que el objetivo central del urbanismo actual se presenta en términos de sostenibilidad, entendida ésta como un equilibrio entre objetivos de eficiencia económica, equidad o justicia social, y conservación o protección del medioambiente.

Estoy de acuerdo en que actualmente las administraciones públicas toman decisiones todos los días que afectan a la vida de las personas, las cuales no tienen el suficiente poder para influir. Además, estas decisiones no incluyen necesariamente las visiones y prioridades de toda la sociedad, por lo tanto, se deberían de establecer mecanismos de participación ciudadana que ayuden a todos los ciudadanos a tener voz y voto en la toma de decisiones.

En el libro aparece que la calidad de vida no es la misma para todos, y que se distingue en género, edad, etnia y nivel de renta, y que para hablar de calidad de vida para todas las personas habría que estudiar las necesidades y aspiraciones diferenciales de la población. Estoy de acuerdo en que hay que estudiar estas necesidades y aspiraciones para satisfacerlas ya que la estructura de las ciudades contemporáneas hace difícil la realización de diversas tareas que son invisibles o de escasa valoración. Estas tareas son las del trabajo reproductivo, que hasta hoy, es realizado mayoritariamente por mujeres.

Uno de los principales problemas de la vida cotidiana en la ciudad actual es que los espacios están separados por usos lo cual no debería de ser así ya que la vida cotidiana necesita una interrelación y una proximidad mucho mayor entre esos espacios. Un urbanismo correcto y de calidad es el que organiza las dimensiones espacio-temporales de la ciudad de forma que las personas tengan la posibilidad de realizar las tareas cotidianas como el cuidado de la familia y el trabajo en la esfera pública, sin las prisas y dificultades con las que se realiza actualmente, ya que contribuirá a construir ciudades más humanas para todos y todas.

¿Cómo podríamos cambiar las ciudades y favorecer la vida cotidiana? En el documento de Urbanismo con perspectiva de género nos muestra una serie de recomendaciones que afectan al espacio urbano en todas sus escalas, desde la vivienda y su entorno inmediato, al barrio y al conjunto urbano y metropolitano.

Esta serie de recomendaciones abarcan tanto la integración de usos como la proximidad, el transporte, el espacio público y la seguridad, la vivienda, comercio, entre otras. Considero que esta serie de recomendaciones deberían de tenerse en cuenta en todo plan de urbanismo ya que crearía un urbanismo por y para los ciudadanos.

Tras leer el documento he podido aprender que actualmente el urbanismo no se adapta a todas las necesidades de la población ya que debería de facilitar la realización de las tareas de la vida cotidiana sin suponer un obstáculo para la incorporación de las personas al mercado laboral, tanto mujeres como hombres. No opino que deba ser entendido desde dos perspectivas diferentes, hombre o mujer, sino algo que abarca más que un género, como la edad y la etnia, entre otras cosas.

En conclusión, no comparto la idea de tratar el urbanismo con esa etiqueta de género. Desde mi punto de vista el urbanismo debe tratarse atendiendo a las necesidades de las personas en general sin etiquetas.
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Bibliografía

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