Urbanismo
con perspectiva de género.
Si el urbanismo es la actividad que pretende gestionar la
realidad urbana de una sociedad, Eva Alvarez nos presenta un análisis cronológico
inicial sobre la cuestión urbanística durante el desarrollo humano mediante el
cual nos demuestra cómo durante toda la historia el urbanismo ha estado a
merced de otros intereses que poco tienen que ver con el bienestar de los
habitantes que lo conforman. Así nos presenta un urbanismo basado en el
desarrollo industrial de la década de los 50-60 como punto de inicio de las
ciudades que actualmente tenemos, y como gestionar esa herencia de una época en
la que el urbanismo solo buscaba poder dotar de recurso a la ciudad que la permitiera
poder seguir creciendo e industrializándose. Esos desarrollos han dado lugar a
las ciudades actuales, donde se consumen demasiados recursos, existen grandes desarrollos
y estructuras, y en la que los ciudadanos consideran que son ciudades difíciles
de habitar con problemas de integración, marginalidad e incluso perjudiciales
para la salud. De esta manera es como la ponente nos presenta un Urbanismo
sostenible que hoy en día es el que pretender transformar las ciudades recibidas
de una época puramente industrial y dotarlas de la igualdad, equidad,
eficiencia económica y respeto al medio natural que hoy en día demandan los
ciudadanos y que urge para el planeta.
Eva Alvarez se centra en el discurso más social del urbanismo
sostenible, ese que pretende dotarnos de equidad y más especialmente en el
urbanismo de género, entendiendo que el urbanismo histórico y actual trataba la
los hombres y a las mujeres no solo diferenciándolos por sujetos diferentes biológicamente,
si no como realidades diferenciadas socialmente. Presentando un urbanismo que
atendiendo a la igualdad de ambos géneros responde también a las necesidades de
una realidad y justicia social nos presenta una realidad urbana en la que el
hombre es quien se encarga del trabajo remunerado mientras que la mujer se
encarga del no remunerado mayoritariamente desarrollado en la casa y como ese división
del reparto de trabajo genera un urbanismo particular y en clara desigualdad
para la mujer, como ese urbanismo es diferenciador entre sexos.
La última parte de la explosión del tema del urbanismo de genero
pretende dar unas series de respuestas para integrar la no división de género
en el urbanismo, mediante por ejemplo la práctica de infraestructuras para la
vida cotidiana, intervenciones en el transporte, en los barrios y en un sin fin
de parámetros que hagan el urbanismo más amable.
El concepto de urbanismo de género, puede acuñarse como tantas otras
cuestiones que afectan a la equidad o igualdad entre hombres y mujeres, las
diferencias son notorias en la sociedad actual pues arrastra un bagaje con una fuerte
carga histórica de desigualdades, pero dotar al urbanismo de la una nueva
etiqueta mas que es la de genero se pude antojar como excesivo, la problemática
que presenta Eva Alvarez y que
desarrollo con un buen discurso no es otra que la problemática entra el buen y
el mal urbanismos y su puesta en escena, no creo que sea necesario denominar al
mal urbanismo de machista ni al bueno de integrador, simplemente bastaría con denominarlo
de bueno y malo. El urbanismo no adolece de nuevas etiquetas o de nuevas
subdivisiones y particiones, el urbanismos es bueno o malo simplemente, y el urbanismo
que no dote a la sociedad actual las necesidades de que cada día mujeres permita
la toma de decisiones y la conquista de nuevos espacios que antes les estaba
vetados no es más que mal urbanismo, como sucede así como el urbanismo que no tenga en cuenta
las realidades raciales o culturales que podría denominarse urbanismo
multicultural, o el que se ocupe de las desigualdades del mundo de la
discapacidad, en definitiva la infinidad de suburbanismos que pudieran surgir y
que no son otra cosa el que urbanismo mal hecho.
Bibliografía:
Urbanismo
con perspectiva de género, Instituto Andaluz de la mujer.
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