Para ello nos presenta una seria de
actuaciones que a lo largo de su experiencia profesional ha podido poner en práctica
para provocar ese debate y esa experimentación. Mediante la experiencia primera
de hacer visible lo invisible o “abriendo
la caja negra”, nos presenta como existe una realidad que es visible en una
cota superior frente a otra que de manera menos visible ocurre de una manera
oculta a lo largo de la historia de la construcción de la ciudad. Frente a la
realidad actual en la que esas infraestructuras ya si aparecen de una manera más
visible, y nos propone intensificar dicha presencia, intensificarla para poder
tomar conciencia de su existencia y de su importancia en nuestro modo de vida.
Nos empieza a preparar en el debate sobre la creación de infraestructuras del
paisaje, y de cómo no debemos de seguir domesticando la naturaleza para
incluirla en la ciudad, si no que debemos de asumirla como natural y sin
artificios.
Mediante el ejercicio de los procesos de
tecnificación del espacio público, nos presenta el debate de la visibilidad de
la energía para la concienciación de los ciudadanos y mediante la propuesta de
unos árboles artificiales en el espacio público nos habla de un nuevo destino y
uso de los espacios públicos más allá de los del esparcimiento. Nos propone una
ruptura con los procesos jacobinos y nos propone un uso consciente de la
energía individual para un bien colectivo, con la argumentación de que la plaza
se paga sola. Recogiéndole el guante de la necesidad de debate, me surgen
ciertas incoherencia o inexactitudes en el mismo, ya que la plaza se paga con
un uso activo del individuo, la propuesta requiere la persistente presencia activa
de los ciudadanos e individuos, lejos de los planteamientos pasivos en las
propuestas arquitectónicas actuales del resto del mundo sostenible, en esta
instalación debemos de tener un papel activo en el proceso sostenible del
equilibrio de la cuidad, algo que es totalmente imposible , los sistemas deben
ser más pasivos, las infraestructuras del paisaje si bien deben de tener
presencia para mantener esa conciencia que demandamos no deben de suponer una
sobre participación para los ciudadanos. Ya nos dijeron que la revolución industrial
traería la liberalización del hombre, que libre del yogo de la producción se
dedicaría a la reflexión, el aprendizaje y las contemplación, siendo el
resultado lo contrario, un hombre más esclavo aun de las maquinas. No podemos
presentar el desarrollo sostenible como un nuevo proceso esclavista, ¿el hombre
esclavo de la energía?.
“La
dimensión de la estética en la sostenibilidad” mediante este debate Uriel nos
presenta la dimensión de la Micropolítica mediante la reflexión y la
construcción de la casa del futuro, como desde la actuación cotidiano del
individuo podemos crear las condiciones de cambio necesarias mediante la práctica
de lo que él denomina la micropolítica. Como desde la cotidianeidad del
individuo se puede hacer política. De una manera más o menos jocosa nos
presenta una propuesta de vivienda en la una vez más el ciudadano tiene una
parte activa imprescindible para el fin que pretende, que es la búsqueda de esa
desobediencia energética, de cómo el individuo puede mediante actuaciones
individuales transformar el juego de la actual distribución de la energía, una
vez más nos presenta la fórmula para hacer Micropolitica. Frente a un futuro
donde muchos han visto a unos humanos tecnificados sin necesidad de relaciones
humanas ni actividad física como en el ejemplo de la película de Wall-i que nos
propone, expone un individuo activo y dinámico que junto con su actividad metabólica necesaria para su bienestar
también pueda aportar un bien superior y colectivo en forma de donativo
energético.
Uriel Fogué nos presente interesantes debates, pero todos ellos con una
importante carga de voluntad humana, con una carga muy activa del individuo en
todo este proceso sostenible, que si bien es necesario e imprescindible como he
comentado ya varias veces, no pude convertirse en un proceso esclavista, las
sostenibilidad debe de ser mucho más sutil, mediante la acción humana
voluntariosa pero no imprescindible debemos de crear espacios sostenibles, la sostenibilidad
debe estar latente y presente en lo que construyamos pero nunca sometiendo al
ser humano a una nueva hipoteca.
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