domingo, 17 de noviembre de 2013


HERRAMIENTAS PARA EL CAMBIO DE PARADIGMA URBANO: INDICADORES PARTICIPATIVOS   (JESUS RAMOS SANTOS)

            Frente al concepto de ciudad compartida como lugar de encuentro, equidad e igualdad para todos, ésta nos està dando una aglomeración fragmentada y desordenada del territorio la cual carece de articulación y centralidades por ausencia de planes. Vendemos las ciudades a la medida del visitante y no del ciudadano para atraer inversión o el turismo, y no digamos los instrumentos tradicionales del planeamiento  que se muestran inoperantes ante este nuevo escenario de crisis y de apocalipsis urbano posburbuja inmobiliaria. Ante esto se necesitan nuevas formas de pensar la ciudad, pues no estamos cualificando la vida de sus habitantes y olvidadamos de las personas que las ocupan.

       Comentaba Iñaki Romero que se hace imprescindible disponer de nuevas herramientas que permiten incluir factores como la sostenibilidad, la participación ciudadana y la transparencia como ejes transversales en la evolución de la ciudad. Se necesitan lenguajes nuevos para comunicar los valores de siempre y hoy disponemos de muy buenos instrumentos que nos permiten la inmediatez en la información como son las tecnologías y las redes sociales. Doménico Di Siena plantea una ciudadanía en red : “La ciudad necesita que los agentes activos del desarrollo urbano se sumen al pacto ciudadano por la sostenibilidad, la equidad y la prosperidad colectiva”. La democratización del urbanismo como mecanismo contra la exclusión.

       Tenemos frecuentemente carencia de indicadores micro-sociales de las ciudades, no hay indicadores por barrios que permitan planificar. Hay un preocupante déficit de participación ciudadana y también se necesita una visión nueva de los pactos políticos, y no cargarle todo al urbanismo. Precisamente esta falta de transversalidad es uno de los grandes hándicaps de los modelos urbanos planteados bajo este paraguas de las ciudades inteligentes, ciudades creativas y ciudades verdes.

       Tejer por tanto un modelo complejo que logre ensamblar factores ambientales, sociales, funcionales y económicos es esencial, por eso es bueno destacar la iniciativa comunitaria de paisaje transversal en el barrio de Begoña de Madrid (VdB) como instrumento operativo pionero para el desarrollo de dicho enfoque, integrando estrategias de redinamización urbana y establecer canales para una buena comunicación y participación ciudadana, comenzando en la educación y por supuesto la cooperación multidisciplinar entre arquitectos, ingenieros y cientistas sociales.

            Iñaki y sus socios han desarrollado una metodología de trabajo específica caracterizada por el enfoque integrado de todas estas acciones, la cooperación y la corresponsabilización de todos los niveles implicados desde la administración pasando por la participación ciudadana hasta los proveedores junto a la creación de redes de intercambio de conocimientos; de este modo se establece un sistema de nexos complejo, en que se articulan las relaciones verticales referidas al gobierno multinivel y las horizontales vinculadas a los agentes implicados, con el objetivo de promover el desarrollo global de los barrios y evitar su degradación, pues los problemas de una área urbana no pueden ser resueltos sólo con macropolíticas, sino que necesitan ser abordados por programas que afronten las múltiples necesidades de los barrios.

       La herramienta básica utilizada para este desarrollo son los indicadores participativos (INPAR), encargados de definir la estrategia de intervención concreta sobre cada uno de los barrios beneficiados, trabajando por separado la información cuantitativa (indicadores de sostenibilidad) de la cualitativa (información ciudadana). Y en este cruce de información se obtiene una visión cartográfica integral de la complejidad del territorio que además sea transparente e inclusiva. El primero de los ejes metodológicos, apuntaba Iñaki, era la difusión, en el sentido de trasladar al barrio la mayor información posible, con claridad y realismo sobre la realidad del proyecto y las líneas inicialmente previstas para su desarrollo. El segundo el debate y la opinión en un clima de diálogo abierto, y sin cortapisas, ni limitaciones ni censuras de ningún tipo. El tercero, lógicamente, la participación, en el sentido de propuestas concretas; y todo esto bajo la  figura del facilitador o mediador como agente externo, que promueva estos procesos, capaz de poner en diálogo perspectivas divergentes, coordine el proceso, gestiones las bases de datos,las herramientas digitales y documente los procesos con la materialización de todas las necesidades.

       El plan no terminaría cuando se realizasen las intervenciones, sino a partir de aquí se implementarían en el modelo administrativo-político y social de cara a la construcción de ciudades vitales, que promuevan el control responsable del espacio urbano y sus recursos, la integración social, la igualdad y equidad de la que hablaba al principio. Es necesario continuar estas reflexiones en el futuro, ya que además de investigar la manera en que la ciudadanía se involucra en la producción urbana, es necesario explorar hasta qué punto se satisfacen los intereses de otros actores.

 

Bibliografía
 

(1)     Revista completa La Ciudad Viva. Número 6. Junio 2012
(2)     Paisaje Transversal, «A participar se aprende participando. VdB en: Hábitat y Sociedad, 2012, nº 4, p. 15-31, www.habitatysociedad.us.es
(3)     Revista :http://www.planur-e.es/miscelanea

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