HERRAMIENTAS PARA EL CAMBIO DE PARADIGMA
URBANO:
INDICADORES PARTICIPATIVOS (JESUS RAMOS SANTOS)
Frente al concepto de ciudad
compartida como lugar de encuentro, equidad e igualdad para todos, ésta nos
està dando una aglomeración fragmentada y desordenada del territorio la cual
carece de articulación y centralidades por ausencia de planes. Vendemos las
ciudades a la medida del visitante y no del ciudadano para atraer inversión o
el turismo, y no digamos los instrumentos tradicionales del planeamiento que se muestran inoperantes ante este nuevo
escenario de crisis y de apocalipsis urbano posburbuja inmobiliaria. Ante esto se
necesitan nuevas formas de pensar la ciudad, pues no estamos cualificando la
vida de sus habitantes y olvidadamos de las personas que las ocupan.
Comentaba
Iñaki Romero que se hace imprescindible disponer de nuevas herramientas que
permiten incluir factores como la sostenibilidad, la participación ciudadana y
la transparencia como ejes transversales en la evolución de la ciudad. Se
necesitan lenguajes nuevos para
comunicar los valores de siempre y hoy disponemos de muy buenos instrumentos
que nos permiten la inmediatez en la información como son las tecnologías y las
redes sociales. Doménico Di Siena
plantea una ciudadanía en red : “La
ciudad necesita que los agentes activos del desarrollo urbano se sumen al pacto
ciudadano por la sostenibilidad, la equidad y la prosperidad colectiva”. La
democratización del urbanismo como mecanismo contra la exclusión.
Tenemos
frecuentemente carencia de indicadores micro-sociales de las ciudades, no hay
indicadores por barrios que permitan planificar. Hay un preocupante déficit de
participación ciudadana y también se necesita una visión nueva de los pactos
políticos, y no cargarle todo al urbanismo. Precisamente esta falta de
transversalidad es uno de los grandes hándicaps de los modelos urbanos
planteados bajo este paraguas de las ciudades inteligentes, ciudades creativas
y ciudades verdes.
Tejer por
tanto un modelo complejo que logre ensamblar factores ambientales, sociales,
funcionales y económicos es esencial, por eso es bueno destacar la iniciativa
comunitaria de paisaje transversal en el barrio de Begoña de Madrid (VdB) como
instrumento operativo pionero para el desarrollo de dicho enfoque, integrando
estrategias de redinamización urbana y establecer canales para una buena
comunicación y participación ciudadana, comenzando en la educación y por
supuesto la cooperación multidisciplinar entre arquitectos, ingenieros y
cientistas sociales.
Iñaki y sus
socios han desarrollado una metodología de trabajo específica caracterizada por
el enfoque integrado de todas estas acciones, la cooperación y la corresponsabilización
de todos los niveles implicados desde la administración pasando por la
participación ciudadana hasta los proveedores junto a la creación de redes de
intercambio de conocimientos; de este modo se establece un sistema de nexos
complejo, en que se articulan las relaciones verticales referidas al gobierno
multinivel y las horizontales vinculadas a los agentes implicados, con el
objetivo de promover el desarrollo global de los barrios y evitar su
degradación, pues los problemas de una área urbana no pueden ser resueltos sólo con macropolíticas, sino que necesitan
ser abordados por programas que afronten las múltiples necesidades de los
barrios.
La
herramienta básica utilizada para este desarrollo son los indicadores participativos (INPAR), encargados de definir la
estrategia de intervención concreta sobre cada uno de los barrios beneficiados,
trabajando por separado la información cuantitativa (indicadores de
sostenibilidad) de la cualitativa (información ciudadana). Y en este cruce de
información se obtiene una visión cartográfica integral de la complejidad del
territorio que además sea transparente e inclusiva. El primero de los ejes
metodológicos, apuntaba Iñaki, era la difusión,
en el sentido de trasladar al barrio la mayor información posible, con claridad
y realismo sobre la realidad del proyecto y las líneas inicialmente previstas
para su desarrollo. El segundo el debate
y la opinión en un clima de diálogo
abierto, y sin cortapisas, ni limitaciones ni censuras de ningún tipo. El
tercero, lógicamente, la participación,
en el sentido de propuestas concretas; y todo esto bajo la figura del facilitador o mediador como agente
externo, que promueva estos procesos, capaz de poner en diálogo perspectivas
divergentes, coordine el proceso, gestiones las bases de datos,las herramientas
digitales y documente los procesos con la materialización de todas las
necesidades.
El plan no
terminaría cuando se realizasen las intervenciones, sino a partir de aquí se
implementarían en el modelo administrativo-político y social de cara a la
construcción de ciudades vitales, que promuevan el control responsable del
espacio urbano y sus recursos, la integración social, la igualdad y equidad de
la que hablaba al principio. Es necesario continuar estas reflexiones en el
futuro, ya que además de investigar la manera en que la ciudadanía se involucra
en la producción urbana, es necesario explorar hasta qué punto se satisfacen
los intereses de otros actores.
Bibliografía
(1) Revista completa La Ciudad Viva. Número 6. Junio 2012
(2) Paisaje Transversal, «A participar se aprende participando. VdB en: Hábitat
y Sociedad, 2012, nº 4, p. 15-31, www.habitatysociedad.us.es
(3) Revista :http://www.planur-e.es/miscelanea
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